Últimamente los termos de plástico a los que estábamos acostumbrados ya no se usan tanto, pues ahora el vidrio parece ser lo de hoy, como los Mason Jars, al igual que muchos otros recipientes de este material para guardar y transportar alimento.
Al principio cuando veía que las personas (en la mayoría chicas) usaban los llamados ‘mason jars‘, lo primero que se me venía a la mente era: ‘Qué incómodo y poco seguro ha de ser un termo así’.
Sin embargo, luego de ser mi cumpleaños 26 y recibir uno de estos frasquitos como regalo por parte del trabajo, ahora siento una gran diferencia a la hora de beber agua.
Siempre he sabido que los recipientes de plástico no son lo mejor para guardar cualquier tipo de alimento, pues el material es poroso (por decirlo de una manera) haciendo que se manchan fácilmente, que se aguaden y deformen con las altas temperaturas, se rayen y guarden olores no muy agradables que al mismo tiempo afectan el sabor de la comida, bebida o lo que sea que almacenes en ellos.
Pero más allá de esto, el plástico no es una buena opción, pues algunos pueden ser de muy mala calidad y pueden contener Bisfenol A (BPA), un compuesto orgánico con cierto nivel de toxicidad que podría tener repercusiones en la salud.
Los beneficios de los mason jars
Así que los mason jars son una excelente alternativa, pues además de que son bonitos, son muy funcionales porque:
- Mantienen las bebidas y alimentos frescos
- No se manchan y son fáciles de lavar
- No guardan olores, ni sabores.
- No absorben olores si los meto en mi refrigerador.
- Se pueden calentar (ojo: no a altísimas temperaturas) y no se deforman.
- Y en fin, se ven más bonitos.
Lo malo de estos recipientes es que:
- Si se te caen, se rompen
- Pesan más que un recipiente de plástico
- Son incómodos para transportar en una bolsa o lunchera
Y tú ¿por qué los amas?. Y si aún no usas uno, te aseguro que también te encantarán.
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